El arte no es terapia

El arte es una profesión que requiere aprendizaje y estudio a nivel terciario. Amar el arte, los colores y las sensaciones de moldear y crear pueden hacernos olvidar nuestros problemas y superar obstáculos, pero simplemente experimentar esas sensaciones no nos convierte automáticamente en artistas.

Tomar al arte en general como una forma de terapia puede dar la impresión de que ser artista es tan fácil como tomar un pincel y pintar, cuando en realidad es un título que se obtiene mediante mucho estudio, práctica y, fundamentalmente, como una forma de vida. Es un trabajo, un hábito y requiere dedicación, incluso si lo realizamos con amor.

Esta idea del arte como terapia lleva consigo otros vicios en el ámbito artístico, entre ellos, el orgullo por ser autodidactas. Sin embargo, esto tiene limitaciones, desde la memoria muscular hasta la dificultad para avanzar o quedarse estancado en errores. Es importante recordar que un buen maestro nos impulsa a avanzar en nuestra carrera y en nuestra vida.

Pintar o crear arte con la única intención de hacer terapia puede resultar en obras de calidad inferior o con un estilo infantil. Por eso, es fundamental estar siempre abierto/a a seguir aprendiendo y mejorando nuestras habilidades artísticas.